Los Obispos, la Iglesia y el Pueblo de Paraguay, damos gracias, alabamos y bendecimos al Señor por tenerlo como cabeza de la Iglesia Universal.
Le comprometemos nuestras oraciones para que Dios Padre, en su infinita misericordia, le conceda salud, que Nuestro Señor Jesucristo le fortalezca y le acompañe y que el Espíritu Santo le siga iluminando para el cumplimiento de su ministerio petrino.