La cita de los obispos en la Capilla “Tupasy Caacupé”, de la Casa Pastoral Monseñor Juan Sinforiano Bogarín se dió a las 19.00 horas del día 8 de julio, al final de la sesión de ese día, de la Asamblea General Ordinaria número 230 que los congrega.

La Santa Misa fue presidida por Monseñor Adalberto Martínez Flores, obispo de Villarrica, Administrador Apostólico de FF.AA y Policía Nacional y Presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya. Al final del oficio religioso todos aplaudieron y cantaron al Presidente por su cumpleaños que era también ese día.

Durante su homilía resaltó que “la Iglesia está para evangelizar, para anunciar que el reino de los cielos está cerca y que el Señor trae la salvación a los pobres, a los enfermos, a los excluidos”. Y en otro momento, recordó la penosa situación que estamos padeciendo como seres humanos por la afección que causa el COVID-19 y enfatizó que “Dios está en medio de nosotros, con nosotros”.

Reconoció la solidaridad de todos los paraguayos a la hora de asistir a los más necesitados y manifestó la dificil situación que padecemos como consecuancia de la carencia del sistema sanitario en nuestro país.

“En primer lugar, su misión primordial es espiritual. Es estar cerca de los que sufren, sufrir con los que sufren, portadores del bálsamo de la palabra de Dios,  administradores de los sacramentos, la cercanía espiritual, de la escucha, con el don de la fe,   la esperanza, la caridad”.

Por otra parte señaló: “estamos llamados a asumir nuestra misión profética de denuncia, desde el Evangelio, de las causas estructurales que privan a los ciudadanos de la protección social que el Estado les debe. Es estar cerca de los pobres y, en no pocas, ocasiones, ser voz de los que no tienen voz”.

Con relación a la acción de la Iglesia refirió la necesidad de un “saneamiento moral de la nación”. “La corrupción y la impunidad, la pérdida del sentido del pecado, como decían los obispos en 1979, siguen siendo la causa del padecimiento de nuestro pueblo en materia de salud, educación, infraestructura, medio ambiente, empleo y seguridad, entre otros males”.

“Para asumir esta misión del saneamiento moral de la nación, tendremos en el año 2022 una gran oportunidad pastoral, con el año del laicado. En efecto, nuestra misión debe apuntar  a permear con los valores del evangelio la cultura de nuestro pueblo, no de manera decorativa, como un barniz superficial, sino de manera vital, en profundidad y hasta sus mismas raíces” (cfr, evangelii nuntiandi N° 20, Pablo VI).

Para leer la homilía completa hacer click en este enlace: doc pdf

Asunción, 9 de julio de 2021

Oficina de Comunicaciones y Prensa CEP

 

 

Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

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