22 de noviembre del 2020, fiesta de Jesucristo Rey del Universo

Queridos hermanos y hermanas, en la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, estamos celebrando por segunda vez, en esta fiesta, el Día Nacional del Laico en el Paraguay. El año pasado hemos tenido una linda fiesta en Caacupé, un encuentro de hermanos, de la mayoría de las diócesis de nuestro país. Este año hubiéramos querido hacer algo parecido, a causa de la pandemia no fue posible.

Utilizando los medios modernos de comunicación y las redes sociales hemos celebrado toda una semana, empezando el domingo 15 de noviembre pasado con una serie de conferencias y celebraciones hasta el día de hoy, domingo 22, que estamos clausurando en la Catedral de Carapeguá con una solemne celebración y un conversatorio.
Como obispo responsable de la Coordinación Pastoral de laicos de la Conferencia Episcopal Paraguaya, me dirijo a cada uno de ustedes, para expresarles mi voz de aliento y de esperanza, de manera particular en este tiempo de pandemia, en que estamos todos distanciados y, por mucho tiempo, encerrados. Es un tiempo de prueba, muy difícil para muchos, en especial para aquellos que se han enfermado del covid 19, otros que han perdido a sus seres queridos o que han quedado sin trabajo.

Más que nunca hemos tomado conciencia de nuestra condición de pasajeros por este mundo, nos dimos cuenta de nuestra fragilidad y vulnerabilidad y que nos necesitamos entre todos, nadie puede salvarse solo, menos sin Dios. Todos vamos navegando en la misma barca, y si no es en la misma barca, lo seguro es que todos estamos atravesando la misma tormenta. Cuando el Señor se levante y pronuncie una palabra, todo volverá a la calma, Él no permitirá que nos hundamos, nos tenderá la mano como a sus discípulos aquella vez en el mar y nos dirá seguramente también a nosotros, “hombres de poca fe, ¿por qué dudaron?”

Me causa inmensa alegría ver a muchos cristianos que, superando la indiferencia y el miedo, e interpelados por la Palabra de Dios, salen al encuentro del hermano que los necesita. Es emocionante ver a los laicos colaborando activamente, con alegría, para que, en los momentos duros de la cuarentena, no les falte un plato de comida a los más carenciados.

Los obispos de la Conferencia Episcopal Paraguaya han valorado el testimonio de entrega y generosidad de los agentes pastorales en este tiempo de pandemia: “Queremos dar gracias, en especial, a los sacerdotes, a las personas consagradas, agentes de pastoral y a los voluntarios de las parroquias y comunidades eclesiales, que no han escatimado esfuerzos y sacrificios para servir al prójimo en sus necesidades espirituales y básicas, sobre todo a través de los comedores comunitarios y de las ollas populares, que se han multiplicado y siguen dando de comer a muchos. Estos ejemplos de solidaridad expresan la compasión y gestos de amor hechos al Señor Jesús: “Y el Rey les dirá: en verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt. 25, 40). (Mensaje de la 227 Asamblea Ordinaria de la CEP).

Ese testimonio de ustedes puede interpelar a muchos otros que, dejándose llevar por el egoísmo o la comodidad, se mantienen al margen de cualquier compromiso con el hermano.“Caín destruye a su hermano Abel y resuena la pregunta de Dios: ‘dónde está tu hermano Abel’ (Gen 4, 9). La respuesta es la misma que damos frecuentemente nosotros:
‘¿Acaso yo soy el guardián de mi hermano?’ (Ibid). Al preguntar, Dios cuestiona todo tipo de determinismo o fatalismo que pretenda justificar la indiferencia como única respuesta posible. Nos habilita, por el contrario, a crear una cultura diferente que nos oriente a superar las enemistades y a cuidarnos unos a otros”. (FT 57).

Hermanos laicos y laicas, los pastores les necesitamos en nuestros templos, capillas y pequeñas comunidades para que a través de ustedes llegue la Palabra de Dios a tantos hermanos que se han alejado de Dios y de la Iglesia. Pero, sobre todo, les necesitamos en el mundo, en los distintos estamentos de la sociedad, ahí donde nosotros no llegamos, ustedes sí están ahí como bautizados, empezando por la familia, el mundo laboral, la ciencia, la cultura, la política, la economía, etc. En esos ambientes queremos que ustedes sean “sal de la tierra y luz del mundo”, llevando una vida coherente y testimonial, hagan efectiva esa presencia profética y caritativa de la Iglesia, en comunión con los pastores, en sinodalidad y espíritu solidario.

“Hay mucho que agradecer positivamente en nuestra comunidad y mucho por mejorar y cambiar. Compartimos las situaciones que nos afligen, los hechos que nos indignan y los desafíos pendientes de crecimiento para nuestra sociedad.
– La corrupción, pública y privada, no deja de dañar nuestra confianza, y de malgastar los recursos destinados a mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo, en especial de los sectores vulnerables. Seguimos necesitando y reclamando el bien común de la salud, de la educación, del alimento, del trabajo, del techo, de la tierra, de la dignidad de toda la vida, de servicios públicos de calidad y de políticas firmes y sostenidas que afiancen la equidad y el desarrollo para todos” (Mensaje de la 227 Asamblea ordinaria de la CEP).

Hermanos y hermanas, esta situación de corrupción que venimos arrastrando en nuestro país desde hace décadas, constituye un gran desafío para ustedes y para todos nosotros. Tenemos esperanza, que los laicos, a partir de su convicción cristiana, puedan llevar adelante el cambio tan anhelado en nuestro país. En este día especial de todos ustedes, queridos laicos, les invito a renovar sus promesas como discípulos misioneros de Jesús, comprometidos en la construcción de una sociedad más justa, fraterna y solidaria.

Que Nuestro Dios rico en misericordia, les asista con su Espíritu y les llene de valentía para ser sus testigos en todos los lugares de nuestro querido País, allí donde ustedes viven sus alegrías y penurias, donde desarrollan sus actividades, trabajos y servicios pastorales y que María de los Milagros de Caacupé, nuestra Madre les ayude a difundir y defender la fe en Jesús con sus vidas y palabras.

Mons. Celestino Ocampo
Obispo de Carapeguá
Responsable de la Pastoral de laicos de la CEP

Mensaje Mons. Celestino DÍA DEL LAICO I

Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

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