“Seamos custodios de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro” (Homilía del inicio del ministerio Petrino, Marzo 19, 2013).

Desde la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Paraguaya elevamos nuestra voz de preocupación por la grave situación que estamos viviendo como consecuencia de los incendios sean, estos, provocados o no.

Hacemos un llamado a la ciudadanía en general y a todas las personas de bien para frenar este flagelo evitando quemar basuras y bosques, además, tomando conciencia de las graves consecuencias que nos están afligiendo, se suman a otros males, y aquejan a la población en este momento.

Los bomberos voluntarios y colaboradores de nuestro país están haciendo su mayor esfuerzo para mitigar los focos de incendios, pero están en desventajas por la cantidad de quemazones y la falta de recursos, por ello, insistimos a la ciudadanía a colaborar cada uno desde nuestro espacio, y acompañando con iniciativas de comprometida solidaridad.

Este desastre natural no debe ser minimizado porque produce una devastación dañina y perjudicial no solo al medio ambiente, sino a todas las personas, sobre todo, a aquellas que soportan enfermedades respiratorias.

A las personas que sufren mucho más de cerca las consecuencias de estos graves hechos, les expresamos toda nuestra cercanía y pedimos al Señor Jesucristo, Dios Todopoderoso, que les alivie y que pronto puedan recuperarse.

Creemos que estas graves situaciones ambientales que estamos viviendo ameritan cambios estructurales y personales de todos los seres humanos, del Estado y de la Iglesia.

Por eso pedimos ser verdaderos _“custodios de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente”._

Pedimos también al Señor que nos envié abundante lluvia.

Que Dios Todopoderoso nos ampare, la Virgen María nos ilumine, y San Francisco de Asís nos ayude a saber administrar nuestra Casa Común.

Asunción, 02 de octubre de 2020.-

SECRETARÍA GENERAL DE LA CEP

COMUNICADO SOBRE INCENDIOS

Se pide el rezo de esta oración

Oración por nuestra tierra

Dios omnipotente,
que estás presente en todo el universo
y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza de tu amor
para que cuidemos la vida y la belleza.
Inúndanos de paz, para que vivamos como hermanos y hermanas
sin dañar a nadie.
Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar
a los abandonados y olvidados de esta tierra
que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas,
para que seamos protectores del mundo
y no depredadores,
para que sembremos hermosura
y no contaminación y destrucción.
Toca los corazones
de los que buscan sólo beneficios
a costa de los pobres y de la tierra.
Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa,
a contemplar admirados,
a reconocer que estamos profundamente unidos
con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días.
Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha
por la justicia, el amor y la paz.

Oración cristiana con la creación

Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas,
que salieron de tu mano poderosa.
Son tuyas,
y están llenas de tu presencia y de tu ternura.
Alabado seas.

Hijo de Dios, Jesús,
por ti fueron creadas todas las cosas.
Te formaste en el seno materno de María,
te hiciste parte de esta tierra,
y miraste este mundo con ojos humanos.
Hoy estás vivo en cada criatura
con tu gloria de resucitado.
Alabado seas.

Espíritu Santo, que con tu luz
orientas este mundo hacia el amor del Padre
y acompañas el gemido de la creación,
tú vives también en nuestros corazones
para impulsarnos al bien.
Alabado seas.

Señor Uno y Trino,
comunidad preciosa de amor infinito,
enséñanos a contemplarte
en la belleza del universo,
donde todo nos habla de ti.
Despierta nuestra alabanza y nuestra gratitud
por cada ser que has creado.
Danos la gracia de sentirnos íntimamente unidos
con todo lo que existe.

Dios de amor,
muéstranos nuestro lugar en este mundo
como instrumentos de tu cariño
por todos los seres de esta tierra,
porque ninguno de ellos está olvidado ante ti.
Ilumina a los dueños del poder y del dinero
para que se guarden del pecado de la indiferencia,
amen el bien común, promuevan a los débiles,
y cuiden este mundo que habitamos.
Los pobres y la tierra están clamando:
Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz,
para proteger toda vida,
para preparar un futuro mejor,
para que venga tu Reino
de justicia, de paz, de amor y de hermosura.
Alabado seas.
Amén.

Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *