Queridos jóvenes: al inicio del mes de la juventud 2020, en este contexto de pandemia que la humanidad está padeciendo, quiero saludarles y alentarles a que pongan toda su confianza en Jesucristo, el eterno joven, a no dejarse robar la esperanza y a ser signos inconfundibles de la presencia cercana y misericordiosa de Dios, a no malograr el don de la vida que han recibido de Dios. Como Iglesia Diocesana queremos hacerles saber que ustedes, los jóvenes, son parte de nuestra opción preferencial.

Les recuerdo, en esta oportunidad, que todos los jóvenes son invitados «a un renovado ejercicio de discernimiento: descubrir lo que Dios les pide y espera de ustedes. Promover el bien común, luchar por la justicia y defender la verdad son compromisos que todos debemos asumir para construir un Paraguay nuevo. Esto  exige decidirnos a favor de la vida, especialmente la más frágil y amenazada, evitar el uso egoísta de los bienes y construir la convivencia social en la paz. De la luz interior que Cristo regala nace la vocación cristiana: vivir como discípulos de Cristo, enviados a compartir la alegría del Evangelio. Es el llamado a la santidad, en todas las formas de vida cristiana. ¡Anímense al sí más grande de un compromiso radical! También cuando Jesús los invita a la vida consagrada, a la vida sacerdotal y a toda vocación que exija de ustedes un poco más de lo ordinario, estén seguros que Él da mucho más» (cfr. CEP Carta Pastoral al inicio del tercer año del Trienio de la Juventud: “Abrazarse a Cristo Jesús”).

En este tiempo de pandemia valoro mucho su testimonio de vida con su presencia amorosa en la familia, su dedicación incansable al estudio, su esfuerzo en el trabajo cotidiano, su compromiso en la vida social. Ustedes son talentosos, creativos, valientes. Ayúdenos a construir una sociedad sólida, solidaria y atenta a los demás. Sueñen, tengan grandes ideales de ser más y mejor y sirvan de todo corazón.  Jesucristo el eterno joven y su Madre María Santísima siempre les acompañen.

Les saludo con paternal afecto y les deseo feliz mes de la primavera y de la juventud.

+ Pedro Collar N. – Obispo

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Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

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