Los sacerdotes de la Diócesis de Encarnación, renovaron sus compromisos sacerdotales en la Santa Misa Crismal del día  4 de agosto, fecha en que se recuerda en día del cura párroco, en la Catedral “Nuestra Señora de la Encarnación”, la misma fue presidida por el Obispo de la Diócesis de Encarnación, _Mons. Francisco Javier Pistilli Scorzara_.

La ceremonia se oficializó sin la presencia de fieles por protocolo sanitario debido a la pandemia.

En esta celebración religiosa donde la Santa Iglesia conmemora la primera Eucaristía, en la cual Cristo, nuestro Señor, comunicó su sacerdocio a los Apóstoles y a nosotros, en ese contexto el obispo –en compañía de los párrocos- consagró el Santo Crisma y se bendijo los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Al mismo tiempo, los presbíteros junto al Obispo, sintieron la unidad que los caracteriza como pueblo de Dios. La responsabilidad de los ministros sacerdotes es fundamental, pues son guías de la comunidad, pero también lo es, la responsabilidad de los fieles cristianos, con su apostolado y compromiso nacido del bautismo.

Pedimos a Dios por la santidad de los dispensadores de la misericordia divina y por el aumento de las vocaciones sacerdotales.

Cabe recordar, que la palabra “Crismal” viene del latin y significa “Unción”. Jesús es el Ungido por el Espíritu Santo. Como Él, todos los cristianos hemos sido ungidos por el Bautismo e incorporados en su misterio pascual: hemos muerto y resucitado con Él, participamos de su sacerdocio real y profético y formamos su Cuerpo.

Ser parte del cuerpo de Cristo es un compromiso que implica seguir su ejemplo de ponerse al servicio de todos. La Iglesia presencia visible de Cristo entre los hombres y mujeres, y este servicio lo ejerce a través de la predicación de la Palabra de Dios, transmitida y enseñada por nuestros pastores y por medio de los Sacramentos con los cuales se nos comunica la Gracia y se edifica la misma Iglesia. Eso es lo que se celebró y se vivió en este día. La Misa Crismal es la fiesta de la fidelidad sacerdotal: hoy los presbíteros realizaron la renovación de una gozosa y total fidelidad a Dios, a la Iglesia y a los hombres. Es la fiesta de la bendición de los Óleos y la Consagración del Santo Crisma, a través de los cuales se seguirá construyendo la unidad diocesana del Pueblo de Dios, la Iglesia.

En fin, la Misa Crismal es la fiesta de la Iglesia Misionera. En torno al Obispo y sus Presbíteros, se expresa la comunión de se debe testimoniar como Discípulos-Misioneros del Señor, convocados por Él para dar vida a nuestros pueblos y comunidades.

Fuente: Diócesis de Encarnación

Asunción, 7 de agosto de 2020

OFICINA DE COMUNICACIONES Y PRENSA CEP

Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

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