Queridos fieles:

Los saludamos con cariño y preocupación de pastores y deseamos expresarles que compartimos con ustedes la preocupación por la salud de nuestro pueblo, ante la propagación del COVID-19 a nivel mundial y también en nuestro país. Todos compartimos la responsabilidad de velar por la vida y el bienestar de nuestros hermanos.

La prevención y los esfuerzos por paliar la difusión de esta afección son una prioridad. La prevención debe hacerse a tiempo y con medidas que, aunque parezcan inquietantes, son necesarias para que sean efectivas. Sería negligente e imprudente no disponer de acciones oportunas y necesarias, considerando la agresividad del COVID-19, la vulnerabilidad de un sector importante de la población y la escasez de recursos hospitalarios para dar asistencia respiratoria con el tratamiento adecuado a una población numerosa.

El esfuerzo conjunto de todos los sectores de la población puede ser una primera protección para todos. Acompañamos las medidas sanitarias establecidas por el Gobierno Nacional, del 11 al 24 de marzo del corriente.

Por estas razones, con espíritu de humildad, como Pastores de nuestra Iglesia en Paraguay, disponemos que todas las actividades pastorales grupales sean postergadas hasta el final de las medidas sanitarias declaradas por el Ministerio de la Salud Pública y Bienestar Social.

La catequesis, las jornadas, los retiros, los campamentos y otros encuentros y celebraciones litúrgicas que impliquen la reunión de muchas personas, deben ser calendarizados para más adelante. Los fieles quedan dispensados del precepto dominical de los domingos 15 y 22 de marzo (Cf. Código de Derecho Canónico, 87 y 1245; Catecismo de la Iglesia Católica, 2181). Podrán acompañar las celebraciones eucarísticas transmitidas por las redes y los medios de comunicación, sin necesidad de acudir a los lugares de culto.  Los sacerdotes celebrarán con asistencia reducida por las intenciones de los fieles y por la salud de nuestro pueblo.

Las bodas que puedan ser postergadas pedimos que se agenden en la fecha más próxima posible, atendiendo a los novios con mucho respeto y caridad, frente a un acontecimiento tan feliz de sus vidas. De no ser posible, pedimos que se celebren con un grupo reducido de personas.

La visita a los enfermos, la unción y el viático, deben ser administrados diligentemente, según el requerimiento de los fieles, atendiendo a las medidas de higiene que se requieran.

El Sacramento de la penitencia puede ser solicitado en forma personal. La comunión, si algún fiel necesita por alguna situación, podrá ser solicitada en forma individual.

En este tiempo de Cuaresma, esta situación la recibimos como una invitación de Dios, para prepararnos a la gran fiesta de la Vida, la Pascua, volviendo a renovar nuestro bautismo en la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Invitamos al ayuno y la abstinencia, en su práctica habitual.  Exhortamos a la conversión, evitando comentarios pesimistas, informaciones falsas, alarmistas y difamantes. También promovemos la misericordia de cuidar con respeto y caridad de la vida y la salud de todos, cumpliendo con las medidas de prevención divulgadas.

Por, sobre todo, exhortamos a orar personalmente y en familia, elevando nuestro espíritu al encuentro de Jesús. Mirando su cruz, comprendemos el dolor de muchos enfermos y de aquellos que padecen de tantos males. Acompañando su pasión nos despojamos de la superficialidad con la que tomamos a veces la vida. Anhelando la resurrección, nos unimos a Jesús en su Victoria sobre el pecado y sobre la muerte.

Animamos al personal médico, de enfermería, y a todos los que trabajan en los servicios de salud a confiar en la protección de Dios.  Los tenemos presentes en nuestras oraciones.

Invitamos a rezar: Virgen Inmaculada, Tupãsy Caacupé, protege con amor maternal a nuestro pueblo, enséñanos a hacer todo lo que tu Hijo Jesucristo nos dice e intercede por nosotros ante Él, que vive y reina con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Con hondo afecto, Los Obispos del Paraguay

Asunción, 11 de marzo de 2020.

Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

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