“Para dar mucho fruto” (Juan 15, 5)

Queridos hermanos y amigos, jóvenes venidos de los diversos lugares de todo el Paraguay, muy buenas noches.

Hoy junto a Nuestra Madre, la Virgen María de Caacupé, en compañía de todos ustedes aquí presentes, y a través de los medios de comunicación, venimos a manifestar nuestras inquietudes y anhelos, defender nuestros principios cristianos y testimoniar nuestro compromiso como jóvenes paraguayos.         

Durante este segundo año del Trienio de la Juventud, hemos respondido a la invitación de Jesús, de permanecer en Él, con aquel que nos dice “El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto” Jn. 15, 5. De esta manera el Señor nos ha hecho partícipes de los primeros frutos que ha suscitado a través de nosotros, como; el despertar de la conciencia ciudadana para defender sus derechos y denunciar las injusticias, el entusiasmo y las movilizaciones de tantos jóvenes que dentro y fuera de la Iglesia luchan por una sociedad más justa y más fraterna.

Por ello, en este mismo espíritu, nos hacemos presentes y alzamos nuestras voces para:

  1. Denunciar la falta de oportunidades en especial para el acceso a un empleo digno, donde nadie se sienta discriminado o menospreciado por ser joven, pudiendo acceder sin distinción a un salario justo y a gozar de todos los derechos que la constitución y las leyes establecen a favor de los trabajadores. Nos duele que muchos de nuestros compañeros tengan que dejar su patria y su familia en busca de un futuro mejor.

Pedimos que los cargos públicos ya no sean distribuidos entre los amigos, parientes y partidarios, sino que se tenga en cuenta solamente la idoneidad para el acceso a los mismos. Así también queremos mayor inversión y coordinación entre todas las instituciones y sectores para generar más fuentes de trabajo a favor de los jóvenes.

Animamos a todos los jóvenes a que se sigan preparando, a ser personas íntegras, a seguir soñando y luchando, a tener grandes ideales. A no dejar que nadie les diga que esto o aquello no pueden ser o hacer, por eso, te decimos a vos, joven; ¡no te dejes bajonear, que unido a Cristo todo lo podemos hacer!

  1. Denunciamos el incremento del narcotráfico, la violencia, la inseguridad reinante en las calles, los grupos armados, la corrupción en las instituciones encargadas de velar por nuestra seguridad y el deterioro de la administración de la justicia. Nos lástima ver que la justicia es cómplice de grandes violaciones, beneficiando a personas y grupos que cuentan con influencias económicas y políticas, marginando a los sectores más vulnerables.

Queremos y necesitamos una mayor seguridad y una justicia que sea verdaderamente independiente, pronta y barata para todos.

  1. Denunciamos la falta de una educación de calidad que llegue a todos y no excluya a nadie. Creemos que el desarrollo de un país no es posible si no se prioriza una educación integral para todos.

Pedimos y animamos a todos los jóvenes a comprometerse de forma consciente y responsable en su formación como estudiantes y ciudadanos, porque la fuerza de la juventud es la revolución que puede transformar el destino de un país,  nuestra patria pone su esperanza en nosotros.

  1. Denunciamos el daño ocasionado a nuestro medio ambiente, especialmente la tala masiva de árboles que aumenta de forma desenfrenada en muchos puntos del país, la contaminación de nuestros suelos producto de la ambición desmedida de poderosos latifundistas y la complicidad antipatriota de muchos gobernantes.

Nos solidarizamos con muchos de nuestros hermanos que están sufriendo las trágicas consecuencias por la falta de cuidado de nuestra casa común, como los damnificados por las inundaciones, muchos han perdido sus viviendas y hasta todo lo que tienen.

Junto con el Papa Francisco decimos; Necesitamos una conversión ecológica que nos una a todos, porque la crisis ambiental en la que vivimos, afectan e  impactan nuestras vidas y pone en riesgo a las futuras generaciones. Cada uno de nosotros tenemos la misión de colaborar como instrumentos de Dios en el cuidado de la creación, desde nuestras diversas realidades, iniciativas y capacidades, todos podemos hacer algo.

  1. Denunciamos todo acto e ideología que atente contra la vida y la familia; como el aborto, la violencia intrafamiliar y especialmente las adicciones, que son un creciente flagelo que destruye la vida de tantos jóvenes junto con sus familias.

Defendemos la familia como fundamento de la sociedad paraguaya, pedimos que se promueva y se garantice su protección integral así como lo manda nuestra Constitución Nacional.

Llamamos a los jóvenes a ser fervientes defensores de la vida y la integridad de la familia constituida por el hombre y la mujer. A todas las familias invitamos a vivir la cultura de la vida, promoviendo el amor y el respeto a la dignidad humana.

Tampoco podemos quedar  indiferentes ante un flagelo que ha quitado la vida de tantos jóvenes en nuestro país, es alarmante saber que la principal causa de muerte en los jóvenes en estos últimos años, sean los siniestros viales. Llamamos a la toma de conciencia a todos los jóvenes y ciudadanos en general ante esta cruda realidad, cuidemos nuestra integridad y también la del prójimo, valoremos la vida, seamos nosotros misioneros de este don tan preciado que Dios nos ha regalado.

  1. Denunciamos la corrupción imperante en las instituciones públicas, especialmente en el congreso, en las municipalidades y las gobernaciones, es vergonzoso ver como los políticos de turno se enriquecen y despilfarran los recursos del pueblo mientras que los hospitales carecen de  medicamentos, incluso muchos de nuestros compatriotas mueren camino a la capital o esperando una atención en los pasillos.

Pedimos a nuestros gobernantes que acompañen el clamor y el sentir de la gente, que no se retroceda ni un milímetro en la lucha contra la corrupción y la impunidad, que las malas prácticas como el tráfico de influencias, los pagos de favores con cargos públicos y los negociados que roban tan impunemente nuestros recursos sean desterrados de nuestro país. Necesitamos que todas las instituciones obren con transparencia y patriotismo, nuestro Paraguay reclama cambio.

Acompañamos a las autoridades patriotas que verdaderamente representan al pueblo y van contra corriente luchando por la construcción de un mejor Paraguay.

Llamamos a todos los jóvenes a ser protagonistas de este tiempo, queremos jóvenes valientes que entren en la cancha y jueguen limpio, dándolo todo por un país mejor, jóvenes que no se queden callados ante las injusticias, que no sean cómplices de las irregularidades, que expresen lo que les inquieta y afecta, que participen activa y permanentemente sirviendo a la patria y a su comunidad.

Hoy inauguramos el tercer año del Trienio de la Juventud, el Señor nos ha elegido y destinado a cada uno para dar fruto, por eso permaneciendo siempre en su amor, reafirmamos nuestro compromiso como jóvenes cristianos y paraguayos, en la búsqueda de una sociedad más fraterna, justa e igualitaria. Confiamos plenamente en que abrazados a Cristo Jesús, con la intercesión de nuestra madre María junto con la ayuda de todos ustedes, podemos ser protagonistas en la construcción de un Paraguay mejor.

Viva Cristo, Viva la Virgen de Caacupé, Viva la Iglesia, Viva los jóvenes, Viva el Paraguay.

 Pastoral de Juventud del Paraguay

  Sábado 01 de diciembre del 2018

  XXI Peregrinación Nacional de Jóvenes

Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

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