La jornada electoral de ayer, domingo 17 de diciembre, que movilizó en comicios internos simultáneos a todos los movimientos y partidos políticos del país, merece ser valorada y destacada como una fiesta cívica del Paraguay.

Con este breve mensaje, los obispos expresamos nuestras congratulaciones y aliento:

  • A los ciudadanos que acudieron a las urnas con libertad, responsabilidad y dignidad a depositar sus votos por los candidatos de su preferencia. Jóvenes y personas adultas, mujeres y varones, votaron pacíficamente, cumplieron con los dictados de su conciencia y volvieron a sus hogares, sabiendo que, con su participación activa, estaban contribuyendo a mejorar y a consolidar el sistema democrático.
  • A los precandidatos, por su actitud de respeto a la voluntad de los electores, reconociendo los resultados preliminares publicados por la Justicia Electoral, lo que, sin dudas, contribuyó a que la jornada culminara con normalidad y en paz.
  • Al Tribunal Superior de Justicia Electoral, por su aporte decisivo a la transparencia de los comicios por medio del sistema de Transmisión Rápida de los Resultados, TREP, admirado por propios y extraños, y que, por su rigor, rapidez y accesibilidad pública, se constituye en garante confiable de los resultados comiciales. En esta contribución de la Justicia Electoral se fundamenta, en gran medida, la culminación normal y pacífica de un proceso político donde están en juego legítimos intereses de los competidores.

Confiamos en que esta fiesta cívica se repita en las elecciones generales previstas para el mes de abril del próximo año y que avancemos decididamente hacía el fortalecimiento de nuestra democracia, como sistema que posibilita la participación de la ciudadanía para exigir de los gobernantes resultados que favorecen la dignidad de las personas.

En este sentido, reiteramos “que no basta una democracia puramente formal, fundada en la limpieza de los procesos electorales, sino que es necesaria una democracia participativa y basada en la promoción y respeto de los derechos humanos.” (DA, 74).

Necesitamos una democracia con valores, que amplíe la mirada de los políticos en procurar el bien común, para mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos (cfr. EG, 205).

Con su participación activa y correcta, los ciudadanos paraguayos han demostrado un gran espíritu cívico, que alienta la esperanza de que podemos y debemos avanzar en la construcción del Paraguay que queremos y nos merecemos.

Comunicado de Presidencia de la CEP

Mons. Edmundo Valenzuela sdb

Arzobispo de Asunción y presidente de la CEP

Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

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