Convocados por el deseo de hacer memoria histórica de 50 años de camino y abrir con esperanza nuevos horizontes, reunidos en la Casa de Retiro Tupa Rekávo, de la ciudad de Luque, Paraguay, bajo el manto de la Virgen de Caacupé, más de 200 delegados y delegadas de 16 países hemos participado del 13 al 17 de septiembre de 2016 del X Encuentro Continental de CEBs, con el lema:

“LAS CEBs CAMINANDO Y EL REINO PROCLAMANDO”

La Alegría del Evangelio se hizo presente desde la llegada, en la acogida del pueblo paraguayo, que rápidamente abren el corazón y hacen sentirse en familia, en ñande, en espíritu de encuentro para con los otros. El VER nos ha situado frente a cincuenta años de “destrozos y solidaridades”, en un tiempo de resistencia como actitud, de conciencia crítica, nos ha llevado a re-significar las esperanzas, profecía y articulación, desde las características, Iglesia ministerial, misionera y martirial, y los obstáculos, tensión, persecución y violencia del sistema.
Como CEBs latinoamericanas y caribeñas reafirmamos nuestro compromiso comunitario de fe desde la realidad concreta, la voluntad de asumir el caminar horizontal con los pobres, la Palabra como acontecimiento que nos ayuda a leer e interpretar el hoy, a aprender como pueblo y a re-significar nuestra “caminhada” como martirio y resurrección, reconociendo que Jesús liberador es la manera en que entendemos la fe desde nuestra realidad y contexto latinoamericano.
En este camino nos acompañan la memoria y testimonio de hombres y mujeres comprometidos hasta el martirio con el Reino, expresado en experiencias esparcidas por todo el continente que nos nutren y desafían, realidad que también constatamos en la historia y vida de las comunidades locales que visitamos.
Afirmamos que en el nuevo modo de ser y hacer la Iglesia la liturgia acompaña la vida. Los símbolos tan cotidianos como son el camino, la casa, la mesa y el pan se han hecho presentes en las celebraciones de cada día, recordándonos a cada momento que somos Iglesia misionera, con vocación de servicio y de compartir el pan, que se reúne en las casas, dando lugar a todos y todas, especialmente a las mujeres, los niños y los pobres.
Nos comprometemos a seguir caminando en la construcción de una Iglesia inculturada en clave de decolonización, en salida, con opción preferencial por los empobrecidos, los jóvenes, las mujeres, los migrantes, los indígenas y los afro-descendientes, políticamente comprometida, ecológica y interpelada por el cuidado de la Casa Común y la busca del Buen Vivir y Buen Convivir (Sumak Kawsay), ministerial, bautismal, ecuménica, no patriarcal, que promueve la formación a partir de la Palabra y la realidad y que tiene como base una espiritualidad liberadora, enraizada en la persona y la práctica histórica de Jesús de Nazaret y su proyecto del Reino, siendo iluminada por la Teología de la Liberación. El Espíritu que hace nuevas todas las cosas nos envía a re-significar y re-encantar la vida de las comunidades en el contexto actual, atentos a responder a los signos de los tiempos.
Luque, 17 de setiembre de 2016.
Oficina de Comunicación y Prensa

Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *