El domingo 5 de junio se celebró el Día Nacional del Migrante, con una misa en la Basílica de Caacupé donde se recordó además el 25º aniversario de la Semana Nacional del Migrante, promovida por la Pastoral de Movilidad Humana.

Compartimos las 25 palabras clave del Papa Francisco.

Reflexión, oración, compromiso

  1. No a la indiferencia

En el Jubileo de la Misericordia el Papa Francisco se dirigió a todos los pueblos diciendo: “La indiferencia y el silencio abren el camino a la complicidad cuanto vemos como espectadores a los muertos por violencias y naufragios. Sea de grandes o pequeñas dimensiones, siempre son tragedias, cuando se pierde aunque sea sólo una vida”.

  1. Ver en los migrantes y hermanos que necesitan ayuda

Los refugiados y los migrantes son hombres y mujeres que buscan “mejorar sus condiciones de vida”. El Papa nos invita:“A verlos como nuestros hermanos y hermanas que buscan una vida mejor lejos de todo de su patria, familia y de amigos.”

  1. Migrantes, personas que traen progreso

Superemos las categorías de “irregulares y regulares” y aprendamos a contemplar el rostro de los migrantes que: “pueden contribuir al bienestar y al progreso, de modo particular cuando asumen responsablemente y respetan el patrimonio material y espiritual del país que los hospeda, obedeciendo sus leyes y contribuyendo a sus costos.”

  1. Defender el derecho a no emigrar

El Pontífice manifestó el apoyo de la Iglesia a todos los que se esfuerzan por defender los derechos, especialmente “el derecho a no tener que emigrar, para contribuir al desarrollo del país de origen.”

  1. Qué hacer para no obligar las personas a migrar

“Los animo a que sigan trabajando con todas sus fuerzas para consolidar las estructuras e instituciones democráticas que den respuesta a las justas aspiraciones de los ciudadanos” y que no haya más  tantas personas obligadas a emigrar” (…) que no haya más víctimas de la violencia, de la corrupción o del narcotráfico”.

  1. Mejorar las leyes para la acogida

Denunció:“la falta de normas claras y que se puedan poner en práctica, que regulen la acogida y prevean vías de integración a corto y largo plazo, con atención a los derechos y a los deberes de todos”.

  1. Luchas contra la esclavitud moderna.

En el mensaje evidenció: “las nuevas formas de esclavitud, gestionada por organizaciones criminales que venden y compran a hombres, mujeres y niños como trabajadores en la construcción, en la agricultura, en la pesca y en otros ámbitos del mercado”.

  1. La misericordia, clave de lectura de los problemas.

“Muchas instituciones, asociaciones, grupos comprometidos, organismos diocesanos, han reconocido la voz de Jesucristo: “Mira, que estoy a la puerta y llamo” (Ap. 3,20). El Papa invitó: “a salir de esos debates sobre las condiciones y los límites que se han de poner a la acogida, no sólo en las políticas de los Estados, sino también en algunas comunidades parroquiales que ven amenazada la tranquilidad tradicional”.

  1. Reducir las distancias que nos separan.

La fuerza de la fe, de la esperanza y de la caridad permite reducir las distancias que nos separan de los dramas humanos. “Jesucristo espera siempre que lo reconozcamos en los hermanos emigrantes y en los desplazados, en los refugiados y en los exiliados, y asimismo nos llama a compartir nuestros recursos, y en ocasiones a renunciar a nuestro bienestar.”

  1. La base del encuentro, ser hermanos

“Una unidad que no rompe las diferencias, sino que las vive en comunión por medio de la solidaridad y la comprensión. Al tratar de entender las razones del otro, al tratar de escuchar su experiencia, sus anhelos, vemos que en gran parte son aspiraciones comunes.”

  1. Donde hay dignidad integral no hay exclusión

“Un desarrollo económico que no tiene en cuenta a los más débiles y desafortunados, no es verdadero desarrollo. La medida del modelo económico ha de ser la dignidad integral de la persona, especialmente la más vulnerable e indefensa, el migrante el marginado.”

  1. Acojan “sin miedo” a los inmigrantes y refugiados.

“Ofrézcanles el calor del amor de Cristo y descifrarán el misterio de su corazón. Los inmigrantes enriquecen tanto al país en general como a la Iglesia de destino en concreto”.

  1. Cultivar en el corazón la fe, esperanza y caridad.

“La Iglesia debe conocer las esperanzas de los corazones de los migrantes. Defienda sus derechos, promovido su búsqueda de prosperidad, mantenido encendida la llama de su fe”.

  1. Migrantes no son números, son seres humanos.

“No debería verse desalentado por la cantidad de migrantes que están tratando de convertir el país en su hogar. No debemos dejarnos impresionar por sus números, sino verlos como personas, viendo sus rostros y escuchando sus historias, tratando de responder de la mejor manera posible a su situación para que sea humana, justa y fraternal”.

  1. “Todos fuimos extranjeros”

El papa Francisco dijo: Como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en este país, que ha sido construido en gran parte por tales familias”.No nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros”

  1. Ningún hermano sea obligado a migrar

Miles de personas se ven obligadas a viajar en diversas partes del mundo en búsqueda de una vida mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportunidades”.

  1. No se avergüencen nunca de sus tradiciones

El Papa agradeció los que cuidan y defienden la vida de los pobres y los migrantes. Los migrantes hasta a su destino viven un gran costo personal, pero siempre llevan en el corazón la esperanza de construir una nueva vida.”

  1. Migrantes, ustedes traen dones a las naciones.

“No se desanimen por las dificultades que tengan que afrontar, les pido que no olviden que al igual que los que llegaron aquí antes, ustedes traen muchos dones a su nueva nación. Por favor, no se avergüencen nunca de sus tradiciones, de su cultura, de sus costumbres.”

  1. No se desanimen por los retos y dificultades.

Cuando un país guarda la memoria de sus raíces, sigue creciendo, se renueva y sigue asumiendo en su seno nuevos pueblos y nueva gente que vienen a él.No se desanimen por los retos y dificultades que tengan que afrontar.”

  1. No a la indiferencia.

“Son muchos los rostros, las historias, miles de personas en la cultura del descarte y de la exclusión social, siendo las nuevas formas de esclavitud el tráfico de personas y órganos, el trabajo forzado, la prostitución, son muchas vidas, son muchas historias, son muchos sueños que naufragan.”

  1. ¿Dónde está tu hermano?

“Esta no es una pregunta dirigida a los demás, es una pregunta dirigida a mí, a ti, a cada uno de nosotros. ¡Nos hemos habituado al sufrimiento del otro!” ¡Cuántas veces buscan esto y no encuentran comprensión, acogida, solidaridad!

22. ¿Quién ha llorado por la muerte de los hermanos?

Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia del llorar, del ‘padecer con’ los hermanos”.¿Por las jóvenes mamás que llevan a sus niños? ¿Por los que buscan sin cansar el sustento a sus propias familias?

23. La Iglesia no puede callar

Las instituciones eclesiales no pueden cerrar los ojos ante el nefasto fenómeno de los niños y de las mujeres migrantes. No son ‘paquetes’ de mercadería: son seres humanos.”

  1. ¡Estén firmes en la fe! ¡No tengan miedo!

“Dios nos hizo una familia, en obediencia a la Palabra de Dios, también estamos llamados a oponernos a las prácticas que hieren o degradan a las mujeres, discriminan a los migrantes,  no cuidan de los ancianos y ponen en peligro la vida de los inocentes.”

  1. Hemos visto crecer la fraternidad entre los pueblos

En los últimos años, después de tantos desencuentros, muchos países latinoamericanos han visto crecer la fraternidad entre sus pueblos. “Les pido a ustedes, hermanos y hermanas de los movimientos populares, que cuiden y acrecienten esa unidad. Mantengan la unidad frente a todo intento de división es necesario para que la región crezca en paz y justicia.”

Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

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