En la Fiesta de la Visitación de María (Lc 1, 40-45), obispo y clero diocesano, hemos reflexionado sobre esta visita y las necesidades de la patria, en ocasión de la Fiesta Patronal de la Virgen Peregrina. Esta imagen acompaña desde hace unas décadas a la peregrinación del este a Caacupé.

La visita generosa y presurosa de María a su prima Isabel, que en su vejez había concebido un hijo, para asistirle en ese momento tan humano y urgente, es un llamado para responder a los distintos desafíos y necesidades de la vida. El gozo de María de servir se convirtió en prontitud y efectividad a favor de la necesitada Isabel.

Esta actitud de María se ha plasmado en la misión de esta iglesia diocesana,  la cual siempre se ha empeñado a ser herramienta de servicio generoso a los intereses  de la patria y de los compatriotas.

Desde esta misión de la Iglesia, nos hacemos eco de algunas necesidades que a nivel país nos afectan a todos y que amerita una meditación más profunda sobre las decisiones que deban ser tomadas ante dichas realidades.

A modo de ejemplo mencionamos el gemido de dolor de la enfermedad abandonada, la exclusión del progreso a una inmensa mayoría como son los campesinos e indígenas, la falta de acompañamiento a los más pobres en materia de educación. Asimismo, el inhumano desalojo que sufrieron en estos días 200 familias campesinas en nuestra zona en el distrito de Mcal. López. Esas tierras pertenecían a un prófugo de la justicia por el asesinato del intendente de la zona Rubén Acosta en el 2001. Las tierras de ese terrateniente jamás han sido expropiadas ni media hectárea.

Estas son necesidades que no deben ser postergadas y merecen una respuesta sensible, pronta y efectiva. El Bien Común, es decir, el bien de todo el pueblo paraguayo es el que debe primar ante todo, y no el de solo un sector, el empresarial, como lamentablemente ocurre en estos días con el estudio del proyecto para la nueva concesión del usufructo de la ruta Tape Porã.

Nos duele que para los problemas y necesidades realmente urgentes no haya una salida rápida. Sin embargo, cuando se trata de alquilar o vender bienes del Estado a cualquier precio y a pedido de una empresa sea particular, nacional o transnacional, los que tienen la responsabilidad de tomar las decisiones lo hagan de manera rápida y generosa como ocurre, por ejemplo, con Tape Porã aun faltando siete años para que termine el contrato actual, atropellando así la misma legalidad.

No estamos de acuerdo ante estas situaciones egoístas e injustas y tampoco tenemos en nuestras manos el poder de decisión. Como hijos de la patria y de la Iglesia nos resta solamente hacer un llamado a nuestras autoridades a ser sensibles a las verdaderas necesidades de nuestro pueblo paraguayo y no a acudir con prontitud y eficacia únicamente ante el llamado empresarial.

Es nuestro deseo que así como nos enseña nuestra Madre María en la Fiesta de la Visitación que todos seamos siempre sensibles a las necesidades reales de nuestros compatriotas y acudamos en su ayuda con prontitud y generosidad.

Dios, siempre fiel y generoso, derrame abundantes bendiciones sobre todos nosotros para que todos juntos busquemos constantemente el bien de los hijos de nuestro querido Paraguay.

Cnel. Oviedo, 1 de junio de 2016

Mons. Juan Bautista Gavilán
Obispo de la Diócesis de Coronel Oviedo

Pbro. Félix S. Vázquez
Canciller Secretario

Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

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