Con relación al material publicado por el Diario La Nación a partir de una entrevista que he concedido al equipo de periodistas del citado medio, para el esclarecimiento de los hechos que involucran  a CarlosIbáñez, expongo cuanto sigue:

Hace aproximadamente 12 años en San Lorenzo, cuando el sacerdote Ibáñez fue presentado ante mí por la autoridad eclesiástica competente, que es el obispo de la jurisdicción de la que él dependía, me solicitó asignar al mencionado clérigo una mínima actividad ministerial. Su tarea era  celebrar  misas con las hermanas del Instituto Antonio Provolo,  Según testimonio de las hermanas en el Instituto no se reportaron casos de denuncias de abusos de menores  ni percibieron conductas impropias de parte del clérigo.

Como he declarado y reitero: desconocía en aquel entonces la magnitud y la gravedad de las acusaciones e imputaciones contra Ibáñez en relación a la justicia argentina y paraguaya. Recién a partir de las publicaciones del Diario La Nación tomo conocimiento detalladamente del caso judicial grave que involucra a Ibáñez; que fue imputado y procesado por abuso de varios menores, así como el hecho de que estuvo en prisión en nuestro país.

Si hubiéramos tenido conocimiento de tales graves hechos en su momento, en ningún caso le podríamos haber  admitido para el ejercicio sacerdotal y mucho menos entre menores.

En mi carácter de obispo de la Iglesia, en conciencia y en ningún caso, no encubriré, ni podría ser cómplice de acciones delictivas, y menos cuando se trata de cuestiones graves y condenables como es el abuso de menores.

En este sentido, condeno y repudio el abuso de menores por parte de clérigos. Es mi deber atender los derechos de los más débiles y desprotegidos, que son las víctimas, para quienes expreso mi solidaridad.

Nuestro compromiso es con la verdad, la transparencia y la acción firme en los casos que involucran a clérigos en abuso de menores. No se tolerará y no se apañará ningún caso.

 

Adalberto Martínez Flores
Obispo de las FFAA y la PN

 

Asunción, 4 de mayo de 2016.

Por CEP

Conferencia Episcopal Paraguaya

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