Caacupé, 4 de diciembre de 2025.
En el séptimo día del novenario en honor a la Virgen de Caacupé, el Cardenal Adalberto Martínez Flores, Arzobispo Metropolitano de Asunción y Administrador Apostólico de las Fuerzas Armadas y la Poicía Nacional, presidió la celebración eucarística destacando un mensaje contundente: la justicia es camino indispensable para la paz social y el bien común.
Ante miles de peregrinos y la presencia de miembros de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, la Patrulla Caminera, enfermos renales y adultos mayores de hogares de acogida, el Cardenal exhortó a asumir la justicia como un compromiso ineludible para construir un Paraguay más fraterno, solidario y digno.
“La justicia con los pobres es la medida del amor a Dios”
Inspirado en las lecturas bíblicas y en el Evangelio de Mateo, el Cardenal afirmó que el auténtico culto a Dios se expresa en gestos concretos de justicia hacia los más vulnerables.
Citó al profeta Isaías y recordó que el ayuno que agrada a Dios es “romper las cadenas injustas, liberar a los oprimidos, compartir el pan con el hambriento y no dar la espalda al hermano”.
“Seremos juzgados por el amor demostrado a los más pequeños”, insistió, subrayando que la opción por los pobres no puede reducirse a acciones asistenciales aisladas, sino que exige compromisos estructurales y políticas públicas orientadas al bien común.
Reconocimiento y llamado a las fuerzas del orden
El Cardenal dirigió una profunda bendición a los uniformados que se encontraban presentes, reconociendo su misión al servicio de la Patria y recordando a los que dieron su vida en acto de servicio.
Los animó a ser “instrumentos de paz, justicia y verdad”, y resaltó que su labor debe estar guiada por la lealtad y el respeto a la dignidad humana.
Una Iglesia que reconoce luces y sombras
En una autocrítica sincera, el Arzobispo afirmó que la Iglesia paraguaya, como comunidad humana, tiene una historia luminosa que acompañó y sostuvo a la nación, pero también momentos dolorosos que dejaron heridas.
Pidió perdón por los pecados y escándalos que provocaron alejamiento y sufrimiento en parte del Pueblo de Dios, reafirmando el compromiso de seguir denunciando el mal y anunciando el Evangelio con autenticidad.
Contra la corrupción y por una justicia accesible para todos
Martínez Flores alertó que la corrupción es una de las principales amenazas contra el bien común, pues perjudica directamente a los más vulnerables.
Pidió a quienes tienen poder y recursos que asuman su responsabilidad moral para combatirla.
También expresó apoyo a los jueces y fiscales honestos que, según indicó, “son la mayoría”, destacando que la ciudadanía vigilante acompaña su labor.
Uno de los puntos más sensibles de la homilía fue su referencia a las víctimas de la “mafia de los pagarés”, un esquema que habría involucrado a operadores judiciales y empresas de cobranzas.
Pidió justicia, reparación y acompañamiento para las familias afectadas.
Jubilados, IPS y el desafío de un sistema previsional justo
El Cardenal extendió su cercanía a los jubilados municipales y llamó a las autoridades a encontrar soluciones que hagan justicia.
Además, reiteró la necesidad de una administración transparente de los fondos previsionales y de un sistema que permita a más trabajadores acceder a una jubilación digna.
El Bien Común, eje pastoral hacia el 2026
Los obispos del Paraguay anunciaron que el año 2026 estará dedicado a promover el Bien Común, entendido como el acceso de todas las personas a los bienes materiales y espirituales necesarios para una vida plena.
“Ayudar al necesitado es una cuestión de justicia antes que de caridad”, recordó citando a San Agustín.
“La injusticia comienza en los pequeños gestos cotidianos”
El Cardenal llamó a cada ciudadano a revisar su comportamiento diario:
coimas, incumplimiento de leyes, aprovechamiento del prójimo o búsqueda de atajos ilegítimos, son —dijo— semillas de una injusticia que luego afecta a toda la sociedad.
“Buenos cristianos deben ser sinónimo de buenos ciudadanos”, afirmó.
Jóvenes: esperanza para un Paraguay mejor
Como signo de esperanza, destacó la reciente reunión con jóvenes líderes estudiantiles que manifestaron un fuerte deseo de servicio y compromiso con el país.
Lo mismo valoró en los jóvenes que ingresan a instituciones de servicio público.
La Iglesia al lado de los pobres
“La Iglesia siente como propia la carne de los pobres”, expresó, citando el nuevo documento Dilexi te.
La parábola del Buen Samaritano —recordó— es un mandamiento permanente: “Ve y procede tú de la misma manera”.
Un Paraguay más justo, fraterno y solidario
El Cardenal concluyó confiando a la Virgen de Caacupé los esfuerzos de todos los paraguayos para construir una sociedad basada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad.
Oficina de Comunicación y Prensa
Conferencia Episcopal Paraguaya







