Caacupé, Santuario de Ntra. Sra. de los Milagros de Caacupé — En el marco del Novenario 2025 y bajo el lema“Denles ustedes mismos de comer”, el obispo Mons. Miguel Ángel Cabello exhortó a renovar el compromiso nacional con la salud integral, entendida como un derecho humano, una responsabilidad social y un pilar del bien común.
Durante su homilía en el Santuario de Caacupé, el prelado reflexionó sobre la importancia de asegurar a todos los ciudadanos un acceso digno a la salud, recordando que la misión de Jesús siempre dio prioridad a la atención de los enfermos. “La sociedad debe hacerse cargo de sus miembros enfermos”, afirmó, resaltando que “la atención de la salud es un derecho constitucional, una necesidad básica y un deber de todos”.
Agradecimiento a familias y profesionales de blanco
Mons. Cabello dedicó un emotivo reconocimiento a las familias que acompañan a sus seres queridos en el sufrimiento y resaltó la labor silenciosa de médicos, enfermeros y trabajadores de salud.
“Son héroes anónimos que salvan vidas. Les agradecemos por su servicio. No se cansen de servir con amor”, señaló.
Críticas a la falta de inversión y denuncias de corrupción
El obispo también lamentó la persistente precariedad en el sistema sanitario público, subrayando la falta de insumos básicos, la insuficiente inversión estatal y los casos de corrupción que afectan a la atención médica.
“Negociar y enriquecerse aprovechándose de la necesidad de la gente no sólo es injusto, sino cruel, criminal, abominable”, afirmó con firmeza, exhortando a las autoridades a priorizar la salud pública como responsabilidad primaria del Estado.
Salud integral: física, mental, ambiental y espiritual
Mons. Cabello recordó que el concepto de salud integral abarca todas las dimensiones de la persona: física, psicológica, espiritual y social. Expresó su preocupación por el aumento de enfermedades mentales y la falta de centros especializados y profesionales capacitados en el país.
Asimismo, advirtió sobre los riesgos que generan las contaminaciones ambientales, especialmente el uso indiscriminado de agroquímicos como el glifosato, y la explotación minera sin controles adecuados.
“Si queremos salud personal y familiar, debemos comenzar promoviendo un ambiente sano”, insistió.
La salud espiritual, fundamento de toda sanación
El obispo recordó que muchas dolencias nacen de heridas interiores: falta de perdón, rencor, odio o tristeza profunda. Invitó a los fieles a acudir a Jesús como fuente de plenitud y consuelo:
“Sólo Él nos dará la salud más plena que necesita el hombre”.
Invocación final por el pueblo paraguayo
Mons. Cabello encomendó a la intercesión de la Virgen de Caacupé a todos los enfermos del país, tanto en hospitales como en sus hogares, y pidió por un Paraguay donde la salud no sea un privilegio sino una garantía para todos.
“No permitamos que nuestros ciudadanos sigan mendigando atención médica en otros países. Podemos y debemos dar respuesta desde nuestro Estado paraguayo”, concluyó.
Oficina de Comunicación y Prensa
Conferencia Episcopal Paraguaya






